CAPITULO VIII
LA BATALLA CONTINUA II
Madrugada del 22 de mayo.
No se que hora es, pero me despierto sobresaltado
por un ruido poco común, y cuando alcanzo a darme cuenta que es el tableteo de ametralladoras, no dudo un instante, me levanto,
me coloco en segundos el buzo de vuelo y salgo con la pistola cargada a ver que sucede, los mecánicos están con su armamento
listo, pregunto a los que están de guardia que pasa?... y no saben, solo que escucharon disparos; a partir de este momento
nos quedamos varias horas despiertos sin que nada vuelva a ocurrir.
Fantasmas de una guerra!!.
Para esta fecha estábamos sin suficiente cantidad
de tanques auxiliares, disponíamos de 3 tanques para 4 aviones.
La situación de los aviones luego del combate
del día anterior era la siguiente:
C-412 = Parabrisas fuera de servicio
C-415 = Parabrisas fuera de servicio
C-432 = Reparación de turborreactor
En cabecera 07:
C-420 = En servicio (SOP)
C-421
= En servicio (SOP)
C-434 = En servicio (SOP)
En plataforma:
C-419 = En servicio (SOP), en tránsito a Río Grande
Los aviones que tienen el parabrisas roto,
debido, como vimos a impactos que recibieron el día anterior, son preparados para que vuelvan a nuestra Base permanente de
Tandil para ser reparados, ya que dada la magnitud de la tarea a realizar no era posible hacerlo con las herramientas y medios
disponibles en la Base alternativa de San Julián, es por ello que allá en Tandil nuestros camaradas de retaguardia los cambiaban
y dejaban el avión en condiciones de volver al combate.
A media mañana estos dos aviones decolaron
hacia dicha Base.
Desde la semana anterior venimos experimentando
con "chaff", esto consiste en finas tiras de papel estañado cortados de una longitud específica de acuerdo a la longitud de
onda de la transmisión de los radares de los buques o misiles y que lanzándolos del avión en el momento justo, por ejemplo
cuando se le ha disparado un misil guiado por radar, las mismas intentarían engañarlo o para decir mejor, captar su señal
y desviar su curso.
A falta de contenedores adecuados para colocarlo
y lanzarlo en el momento oportuno durante el combate, con el Vicecomodoro VILLAR, decidimos colocarlo en los alojamientos
de los aero-frenos, para ello, con el avión estacionado en la plataforma abrimos manualmente los mismos y en el hueco del
ala colocamos paquetes de "chaff".
Una fría tarde estábamos con el Vicecomodoro
en esta tarea y cuando voy a colocar un paquete del famoso chaff en el ala, el freno se cierra de golpe y no alcanzo a sacar
la mano por lo que me quedan los dedos atrapados... Lo que había ocurrido era que el Vicecomodoro, había abierto el aero-freno
de su lado pensando que yo había terminado de cargar el mío y como el sistema trabaja en circuito cerrado, al abrirlo de un
lado la presión se transmite al otro, cerrándolo. El resultado de esto fue que terminé en la enfermería de la Base con los
cinco dedos lastimados y vendados.
La dotación de aviones vuelve a aumentar, ya
que se ordena que el C-419 permanezca en San Julián, lo mismo que el 1º Teniente MUSSO.
ESTE CAPITULO HA SIDO REDUCIDO
INTENCIONALMENTE